jueves, 24 de septiembre de 2009

“LOS EXTRANJEROS TENIAMOS QUE SER SIEMPRE FIGURAS”



Marcelo “Pichi” Calahonra es uno de los pocos jugadores de futsal (fútbol sala), que en la actualidad se desempeñan en la segunda división del Torneo de AFA, que ha jugado en Italia como profesional.

Pichi Calahonra comenzó practicando el deporte en el club Argentino de Quilmes, en 1999. Poco tiempo después se cruzó de vereda y pasó a jugar para Quilmes (2000). Sólo estuvo 6 meses en el Cervecero, ya que su gran nivel lo llevó a la primera división de este deporte en Sportivo Barracas (2001). Y tras una buena temporada en este equipo arribó al Calcio 5 de Italia, en 2002.
-¿Cuál fue la mayor diferencia que notaste entre el futsal de nuestro de país y el italiano?
-Lo que principalmente se notaba era la diferencia física. Aparte la primera división de futsal de Argentina era mucho menos competitiva que la segunda división de allá. Participé de la A2 (segunda división de Italia) donde hay muchos extranjeros, en su mayoría brasileños. Ellos tenían una técnica desorbitante, porque en pista hacían lo que querían. Y También la forma de juego, táctica y técnica, por como lo trabajaban los equipos del Calcio, estaba muy por encima de lo que era el juego, en ese momento, en Argentina.
-¿Te costó mucho adaptarte al Calcio?
-Al principio sí. En la parte física fue donde más me costó. Llegué allá justo cuando estaba de vacaciones. De repente empecé a entrenar de lunes a viernes, con jueves y viernes doble turno. El único día libre de la semana era el domingo, ya que el sábado jugábamos los partidos.
Allá tampoco había margen de error. Por ejemplo: en un partido un pase mal entregado era imperdonable, seguro te cambian enseguida. Los errores eran goles. No me podía equivocar.
-¿El hecho de que en Italia el juego sea profesional te generaba mucha presión?
-Sí. Porque había plata de por medio. Es más allá los equipos no son clubes, sino sociedades anónimas. Entonces era muy importante conseguir resultados. Para mí y los otros 2 extranjeros que estaban conmigo en el equipo era peor que para los italianos. No alcanzaba con jugar bien y nada más. Teníamos que ser siempre figuras. Porque para ser uno del montón se quedaban con un jugador italiano, al que le pagaban menos y encima no hacía falta darle alojamiento.
-¿Te quedaste con ganas de una revancha en Italia para jugar una temporada más?
-Sí, lo pensé varias veces. Pero cuando terminó la temporada en la que con mi equipo (Olimpia Ischia calcio 5) perdimos la categoría (descenso a la Serie B) me volví, porque extrañaba mucho. De todos modos tuve ofertas para volver. El presidente del equipo para el que jugué me volvió a llamar para jugar en la Serie B y mi representante me consiguió otro equipo para volver a jugar en la Serie A2 con un sueldo más alto. Sin embargo decidí quedarme acá para ponerme un negocio y estar cerca de mis afectos.
-¿Llenó todas tus expectativas deportivas tu paso por Italia?
-En lo deportivo fue una experiencia muy buena. Aparte logré lo que siempre soñé: vivir del fútbol aunque sea por 6 meses. También jugué un futsal mucho más rápido y más físico.
-Tras la vuelta de Italia ¿dónde seguiste tu carrera?
-Después de Italia volví a jugar en Arsenal de Sarandi (2003/2005) donde me llevaba muy bien con todos los pibes y encima los resultados nos acompañaban. Hicimos buenas campañas, pero el ascenso no se nos pudo dar. Ahora estoy jugando por cuarto año consecutivo en Unión de Ezpeleta (2006/2009), club en el que estoy muy cómodo.
-¿Es una deuda pendiente lograr un ascenso a primera?
-Sí. Estuve cerca con Quilmes y Arsenal, pero no se dio. En Ezpeleta, por ahora estamos lejos del ascenso y a mí con el paso del tiempo cada vez me quedan menos chances.
-Unión de Ezpeleta fue el único club de los indirectamente afiliados en los que jugaste ¿En estos clubes se les da más importancia que en lo clubes directamente afiliados?
-Sí, porque en estos clubes el futsal es la actividad principal. En los otros clubes de AFA en los que jugué nunca tuve tantas comodidades como tengo acá. Jamás faltaron elementos de trabajo para entrenar; y también todas las instalaciones del gimnasio están en perfectas condiciones. Además, toda la gente que trabaja en el club por este deporte lo hace con mucho entusiasmo.
-Con lo bien asentado que está Unión de Ezpeleta institucionalmente ¿Qué crees que le impide despegar en lo deportivo?
-Unión tiene algunas contras, como por ejemplo que es el equipo que está más al sur de todo (Sur del Gran Buenos Aires). Entonces son pocos los jugadores grandes que realmente saben jugar futsal. También influye que la disciplina se practique en el club hace sólo 5 años. La mayoría de los chicos que ahora están llegando a primera no hicieron inferiores de futsal. Lo bueno que a partir de ahora todos los jugadores de la cuarta división para abajo tienen trabajo de inferiores. Y ésta es la base para el despegue deportivo de acá en adelante.
-¿Te imaginás en un futuro cómo técnico?
-Sí, me encantaría. Y si puedo ser del Unión mejor aún, porque ya conozco a toda la gente que trabaja por el club y por sobre todo a los chicos que ahora son mis compañeros.

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